Nuestro equipo canino: los mejores testadores de marcas

Desde el primer día, Caniche, un encantador mestizo de caniche, nos enamoró con su carisma y ternura. Originalmente, la idea era cuidarlo durante unos días mientras la protectora que lo tenía se trasladaba a otra dirección, pero tanto amor nos dio que se quedó con nosotros para siempre.

Caniche es el típico perro de película que todo el mundo desea tener. Se acuesta en su camita con una elegancia digna de realeza y es amigo de todos los perros, ya sean conocidos o desconocidos.

Adora que lo bañemos y lo peinemos, y siempre está listo para una aventura en la playa.

Su carácter pacífico y respetuoso se manifiesta en su trato con otros animales. Caniche es el único que respeta a nuestras gallinas, gallos, patos y pollitos, permitiendo que todos puedan estar sueltos sin problema alguno.

Sin embargo, tiene un pequeño miedo a los cohetes y siempre busca refugio en nuestros brazos cuando escucha algún petardo.

Gea ha sido parte de nuestra familia desde que era una cachorra.

En su primer parto, demostró su instinto maternal adoptando a una bebé gatuna llamada Nut, cuidándola como si fuera su propia madre.

Este acto de amor y protección nos mostró la nobleza y el cariño infinito que Gea puede ofrecer.

Gea es una comilona nata. Come rápido lo suyo y, si no estamos atentos, también lo de los demás. Además, es muy nerviosa, lo que hace que tomarle una foto quieta sea una tarea casi imposible.

A pesar de su energía inagotable, es una perra noble y bonachona, siempre lista para dar besos a un ritmo vertiginoso.

Como buena labradora, Gea tiene una afición particular: le encanta meter sus patas en el agua de beber. Esta travesura la hace aún más encantadora y nos arranca sonrisas todos los días.

Gata, hija de Gea, es una perra tranquila y relajada. Desde pequeña ha mostrado un carácter apacible que contrasta con su rol de perra dominante en la manada. Defiende su comida con determinación, hasta tal punto que intenta robarle la comida a todos. Esto nos genera momentos de agobio y cierto enfado, pero entendemos que es parte de su naturaleza protectora.

Le encanta mojarse en su cubo de agua, una afición que comparte con su madre Gea. Verla jugar con el agua es un espectáculo que nos llena de alegría. Pero lo que más disfruta es cuando le rascan las orejas por dentro. Siempre pide con la pata que lo hagamos, mostrando una faceta muy dulce y dependiente.

Gata es increíblemente centrada con los niños, demostrando una ternura y paciencia extraordinarias. Su comportamiento tranquilo y su disposición cariñosa la convierten en una compañía ideal para los más pequeños. La escogimos de la manada porque era la única que tenía una pequeña mancha rosa en las patas, un detalle que la hace única y especial para nosotros.

Draco es un mestizo tremendamente especial para nosotros.

Fue encontrado recién nacido, aún con el cordón umbilical, dentro de una caja en el contenedor de basura.

Nosotros cuidamos de él y de sus 3 hermanos. Como no queríamos más perros en la manada, buscamos familia para ellos, pero a Draco no le salía familia. Finalmente entendimos el motivo: debía ser (y ya era) uno más de la familia.

Draco es noble a más no poder, juguetón y muy tierno. Da abrazos con sus dos patas, incluso si le pides un abrazo. Es dócil y obediente, y sabe sentarse, dar la pata y tumbarse, además de dar amor por sus cuatro patas perrunas.

Le gusta comer tranquilo en su camita, sin agobios, y sin tener la mirada de Gata acechándole mientras come. Es un sol que ilumina nuestras vidas con su presencia.

Ra es el único gato que tenemos actualmente, aunque hemos llegado a tener cinco gatos al mismo tiempo. Ra está con nosotros desde que tenía apenas unos días, aún con los ojos cerrados.

Lo estuvimos alimentando con biberón hasta que estuvo listo para la alimentación complementaria, pero eso no ha conseguido que sea más dependiente de nosotros.

Como buen gato, es independiente a más no poder y solo quiere muestras de cariño cuando expresamente le apetece. Ojo con cogerlo de buenas porque si no tiende a morder como si no hubiera un mañana.

Es dominante y territorial, de hecho, los perros (todos) le temen y todos se quitan para abrirle paso. Es el amo absoluto de la casa.

Ra lleva ya 10 años con nosotros, siendo una presencia constante y significativa en nuestro hogar. A lo largo de esta década, ha dejado claro que es el rey indiscutible del territorio.